¿Cómo?
El Proceso de Coaching
El coaching es un proceso de colaboración entre el Coach (experto) y el Coachee (cliente), cuyo objetivo es identificar y alcanzar metas específicas, utilizando los recursos y habilidades inherentes al propio coachee. Este proceso comienza con la definición clara de los objetivos que el cliente desea lograr, y a partir de ahí, se explora el camino más eficaz para alcanzarlos, siempre partiendo de la premisa de que el coachee posee dentro de sí las respuestas y capacidades necesarias para alcanzar sus metas.
La metodología empleada en coaching se basa en una serie de preguntas poderosas formuladas por el coach. Estas preguntas no buscan proporcionar respuestas directas, sino ayudar al coachee a descubrir por sí mismo las soluciones a sus desafíos, activando así su motivación intrínseca y facilitando un cambio genuino. El papel del coach es, por tanto, guiar y acompañar al coachee, promoviendo su autoconciencia y el desarrollo de las habilidades necesarias para superar los obstáculos que se presentan en el camino hacia sus objetivos.
Objetivos Claros y Planificación de la Acción
Uno de los pilares fundamentales del coaching es la definición de objetivos claros y alcanzables. Un objetivo sin una dirección definida carece de enfoque, por lo que es esencial que el proceso de coaching comience con una estructura bien definida. A partir de ahí, se elabora un plan de acción personalizado, diseñado para facilitar el logro de dichos objetivos.
Durante las sesiones de coaching, se revisan de manera continua los avances, los planes de acción y la experiencia del coachee al implementar los cambios necesarios. Este seguimiento permite evaluar no solo el progreso en la consecución de los objetivos, sino también el grado de motivación y compromiso del coachee, identificando las dificultades que puedan surgir en el camino. Además, es crucial monitorear el avance hacia el objetivo, asegurándonos de que el cliente se acerca al mismo. En caso de que nos alejemos del objetivo, se realizan acciones correctivas que permiten ajustar la estrategia para garantizar que el resultado final sea satisfactorio.
Técnicas Personalizadas y el “Cambio de Observador”
El coaching es un proceso altamente personalizado. Las técnicas utilizadas varían en función de las características del coachee, su reto específico y sus circunstancias personales únicas. Esto garantiza que el proceso sea verdaderamente efectivo y ajustado a las necesidades de cada individuo.
Uno de los objetivos clave del coaching es propiciar un “cambio de observador”. Este cambio implica una transformación en la percepción del coachee, permitiéndole ver sus obstáculos desde una nueva perspectiva, una perspectiva en la que puede reconocer y activar los recursos internos que antes no era capaz de identificar. Antes de este cambio, el coachee puede sentirse bloqueado, incapaz de encontrar soluciones. Sin embargo, una vez logrado el “cambio de observador”, el coachee es capaz de ver con claridad su capacidad para superar cualquier dificultad y avanzar con confianza hacia su reto.